EL FUTURO DE LOS PUEBLOS, ¿UNA NUEVA OPORTUNIDAD? (II)
2 - Francia permanecerá inquebrantable; vanidad de los compromisos políticos.
Si se examina el período 1945-1992, se observará sobre todo la notable constancia del Estado francés en su lucha contra las identidades populares: la burguesía tecnocrática en el poder siguió siendo fiel a sus intereses y a su ideología fundadora, bajo las máscaras políticas más distintas, o incluso los más contradictorios (partidos, sindicatos, grupos de presión). Que se piensan en las denegaciones ciento veces opuestas a una enseñanza correcta de las lenguas y culturas "regionales", a las impotencias de la regionalización, al crecimiento desenfrenado de lo "megaparisiense", a la puesta al paso intelectual, moral, a la física de la "Provincia", y se convendrá que nada ha cambiado desde el día bien alejado en que J. Gravier publicaba su París y el desierto francés.
Sin querer meter el dedo en la yaga, se observará que durante más de veinticinco años de relación intelectual y política con los partidos de izquierda franceses apenas han dado resultados. Lo que "pagó", es la intransigencia corsa, la apertura de escuelas étnicas para los bretones o lvascos... todo lo que se hace y se quiere fuera del sistema francés. Resumidamente, todo lo que resiste y se inspira en la máxima realista: "ayudate, el cielo te ayudará".
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