lunes, 12 de marzo de 2007

ANEM PER LA LENGA OCCITANA, OC!

Leía hace un tiempo un artículo en la revista Terre et Peuple llamado “Yo hablo, luego soy” que quiero sacar a colación en referencia a esta nueva entrada del blog.

No tenemos porque ser unos reduccionistas asimilando el postulado que a veces los micronacionalismos intraeuropeos formulan, intentando definir y condicionar la existencia y la historia de un pueblo en base a su lengua. Craso error histó
rico y político. Tampoco hace falta que, de la mima manera
que conocemos la existencia de las formulaciones jacobinistas
y homogenizadoras, centremos el discurso en despreciar, fomentar un desprestigio e incluso forzar a olvidar un legado histórico y cultural en beneficio de la fuerza y el poder estatal, ejemplo clarificador de los restos actuales de los estados-nación europeos. Y aquí es donde la “cuña occitana” aparece y a la que dedicamos nuestro artículo.

Nuestros amigos occitanos de JIDOC nos informaron de su adhesión ante la “Marcha por la lengua de Oc” el día 17 de Marzo en la ciudad de Beziers, próxima a Montpellier, a tiro de piedra de la Catalunya Nord hoy en territorio francés.

Lejos de tratarse de una conmemoración histórica, de una manifestación independentista, una marcha cultural… el carácter de esta actividad es netamente reivindicativo.
La reivindicación no solo de una lengua, sino de un territorio, de una comunidad etnocultural, de un territorio con identidad propia.
El Pays d’Oc.

Al igual que en otras ocasiones, el apoyo que brindamos a esta “marcha por la lengua” no es únicamente un gesto de complicidad sino que nuestro combate, en tanto que cultural y político, va más allá de las pretensiones que nos ofrece la organización convocante. Va más allá de los “status” que quieran vender los políticos franceses. Afrontar la libertad de Occitania es afrontar la verdad de su historia hoy y ayer. Presente y pasado.

Una libertad, una cultura, una historia que fue arrebatada por el “pulpo” francés y que vio su esplendor en la época jacobina de la LIBERTAD – IGUALDAD – FRATERNIDAD.
El trilema que más que nunca puede ser traspolado a la globalización.
Una libertad liberticida, que somete regiones e identidades.
Una igualdad nivelizadora y homogénea que supone que son iguales todos los seres olvidando el derecho a la diferencia.
Una fraternidad, denominador común de la universalidad donde el individuo es atomizado en beneficio de un “canon común”, de un “maniquí general”.

Siempre he pensado desde hace un tiempo, siendo la idea que defiendo a día de hoy, que los estados modernos con su gigante burocracia a la cabeza, no son capaces de ofrecer una defensa real ante la amenaza de la pérdida de nuestras raíces.

Ya no existen espacios políticos delimitados claramente capaces de enfrentarse a los problemas actuales que afectan a las personas, y es por eso que la doctrina del arraigo, del combate político local, de la creación de estructuras sociales fuertes en las que fomentar la recuperación del tejido social se hace indispensable (donde no hace falta ser un doctor en sociología para verificar la ruptura del lazo social que vivimos) y debe ser uno de nuestros principales leitmotivs políticos.

Hemos de admitir por otro lado que la existencia de ese arraigo fomentado en la patria carnal no supone necesariamente la pérdida de sentimiento “nacional” de patria histórica, de patria común… Hay que recordarlo.

Pero es sin duda la política local la que, como en otros artículos se ha expresado, es nuestro objetivo delimitado hoy, en el siglo XXI.

Pero, ¿cumple Occitania ese “guión de comunidad etnocultural”?
¿Es un el Pays d’Oc un concepto, un nombre, una apostilla simple que denota de donde somos originarios, como nos sentimos, como pensamos para considerarla una región una patria con una identidad propia, diferente a la francesa?

Sin duda, la patria occitana cumple lo que podemos considerar, sin entrar en detalles profundos, o explicaciones de ese “guión de comunidad etnocultural” que merece ser tratado a en otro futuro artículo, una comunidad histórica, capaz de ofrecer un arraigo particular y con una lengua que aun habiendo sido reducida, sobrevive y da muestras de crecimiento y buena salud.

Debemos reconocer que es la lengua, uno de los vectores que articula a cada una de las “carnalidades” que dan vida a nuestra Europa.
No podemos más que invitar a todos los lectores, a demostrar que la diversidad europea es una muestra clara de fortaleza y no de desunión.

Y por este motivo debemos apoyar con nuestra presencia la larga vida de la lengua de Oc, de la identidad Occitana y de la libertad de nuestra Europa, fuerte gracias a sus particularismos.
Fuerte gracias al PAYS D’OC.

El sábado 17,
ANEM PER LA LENGA OCCITANA, ÒC!

Juan Antonio Carracedo, colaborador NOVOPRESS


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[1] Jeunesses Identitaires du Pays D’oc

[1] La lengua tradicional occitana hablada hasta día de hoy se ha conservado gracias a la valentía y el arraigo de miles de occitanos que basándose en la tradición oral, y en menor grado escrita, han trabajado por la conservación de esta lengua milenaria, de raíz latina que particularmente tiene su variante en el aranés hablado por un pequeño porcentaje de la población en el Valle de Arán.

[1] En castellano, “Vamos por la lengua occitana, ¡si!”

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